miércoles, 28 de octubre de 2020

28102020-12:04

Como el silencio en su sabiduría, como un náufrago volviéndose uno con la mar.

Una mano extendida muestra sus arrugas y heridas, como su máximo tesoro; estaba tratando de seducir a venus, mientras se escondía de la luna.

Cuando sus ojos cerró todo un universo se apareció, como volviéndose al río que se une al océano.

Ha perdido la ruta de su destino, o fue su destino el perderse, mira tras la herida sin ver su dolor.

Pretendía salir a correr y buscar la alegría, sin saber que era ya la compañía, se derrite el acero en su corazón; se pierde la sangre en venas ajenas que viven sin pasión.

Sabía poco de lo oculto aun estando cerca de él, su silencio era la evidencia.

Colores de mil tonos afanan la vista para adorar, para alterar y de algún modo posible llegar a ser en la existencia.