Cada latir como si fuese un Big Bang, cada sentir como la expansión constante del universo; las piernas a veces débiles deben seguir sin condiciones. Un acertar la mirada en el impertinente escapar de la existencia, un rebuscar en la memoria la insolencia del saber y el delirio de la ausencia del no saberse, de no remembrar su sí mismo perdido entre las paredes del cielo. Ese día aquel de la tarde aquella con ese ser que sustentaba los sueños en la inexistente realidad de una mente vana e insana.
¿Qué sería de la sonrisa aquella si hubiese sido emitida?
Un día el sol arde para calentar la piel y otro se ausenta dejándome únicamente el frío del pasado recuerdo.
Esos pensamientos que me hacían sonreír sin inocencia, condenado por la no presencia de ciertos pensares y pesares.
Se ha ido la noche, ella, la noche, descansa mientras me vuelvo un río sin caudal pero con ímpetu, la lluvia lleva mis lágrimas y limpia mis ideas de antaño; los cementerios aguardan tan pacientemente que desespera hasta la luz de la vela que poco a poco se extingue en su breve existir, pero, a la vez se abraza y se abrasa mientras la vida y la pasión por la vida sean esencia de la demencia con todas sus inconsistencias.
quinCHE...